Uno de los acontecimientos que causa mucha expectación previo a un festejo taurino es sin duda el desencajonamiento de los toros que se van a lidiar. Normalmente se hace en los corrales del coso ante la presencia de las autoridades correspondientes y la empresa, pero cuando se hace en el ruedo de la plaza ante la presencia de cientos de aficionados, es algo único que crea afición.
La empresa de la Plaza Mérida en la temporada 1986-87 que integraban los matadores Jorge Ávila, Jesús Solórzano y Manolo Espinosa "Armillita", anunciaron el desencajonamiento en el ruedo de los toros de la ganadería de Peñuelas para el domingo 9 de noviembre de 1986.
La empresa de la Plaza Mérida en la temporada 1986-87 que integraban los matadores Jorge Ávila, Jesús Solórzano y Manolo Espinosa "Armillita", anunciaron el desencajonamiento en el ruedo de los toros de la ganadería de Peñuelas para el domingo 9 de noviembre de 1986.
Los toros se lidiarían la semana siguiente, es decir, el domingo 16 de noviembre en la segunda corrida de la temporada estando acartelados los diestros Mariano Ramos, el francés Cristian Montcoquioul "Nimeño II" y David Silveti, los tres toreros ya fallecidos.
El desencajonamiento causó mucha expectación entre la afición meridana, ya que no es muy común que se realice en el ruedo, lo que ocasionó la presencia de más de mil aficionados que pagaron 100 pesos en sol y 200 pesos en sombra para presenciar el emocionante espectáculo.
Mediante un montacargas, se bajaron del camión los ocho cajones que trajo a los astados desde Aguascalientes, para ser depositados en el ruedo. En tanto los cajones eran bajados, miembros de la Asociación de Charros "La Guadalupana" de Xmatkuil, se dedicaron a hacer suertes.
Cuando todo estuvo listo los toros fueron saliendo al ruedo ante el aplauso de los aficionados que aprobaron el tapio de los astados. Desgraciadamente el toro "Marismeño" se estrelló con un buey y al quedar imposibilitado tuvo que ser sacrificado. Son los riesgos que se corren cuando se realizan este tipo de eventos declaro en su momento el matador Jorge Ávila, uno de los empresarios.
Los aficionados se retiraron del coso contentos con el espectáculo que presenciaron y sobre todo por la presencia de los toros de Peñuelas que serían lidiados la siguiente semana. Un método no común, pero estamos seguros que aumentaría la expectación antes de cada festejo.
Los aficionados se retiraron del coso contentos con el espectáculo que presenciaron y sobre todo por la presencia de los toros de Peñuelas que serían lidiados la siguiente semana. Un método no común, pero estamos seguros que aumentaría la expectación antes de cada festejo.